Tener un seguro desde siempre ha sido algo complicado, sobre todo si nos basamos en toda la evaluación que las aseguradoras nos hacen, la cantidad requisitos y papeles, además del dinero que hay que desembolsar cada cierto tiempo sin descuidar otros gastos.
Sin embargo, gracias a la pandemia y a las insurtech con la tecnología que nos brinda, las aseguradoras han sido capaces de ser más conscientes y apoyar al asegurado en su proceso de contratación, ofreciéndoles una cantidad de nuevos productos que se adapten mejor a ellos y sin pagar montos realmente exorbitantes.
¿Qué es el bienestar financiero?
Se trata de sentir seguridad en lo que respecta a la suficiencia de dinero para poder satisfacer las necesidades personales, así como de nuestros seres queridos. En ese mismo sentido podemos entenderlo como el control de dichas finanzas para tomar decisiones de esa índole sin problemas.
Hay un punto importante y esencial dentro el bienestar financiero a la cual debemos poner toda nuestra atención y se trata de la protección financiera ya ante cualquier suceso no deseado, podría salvar económicamente a nuestra familia.
La libertad financiera depende de la realidad de cada persona, lo que si se vuelve común entre todos, es que ante la carencia del ingreso del proveedor de la familia, el bienestar se fractura a causa de:
- El fallecimiento.
- La invalidez.
- Enfermedades graves
¿Cómo podemos sentirnos protegidos?
Si bien no existe una fórmula única para definir el monto que necesito, como aproximación, cada persona debiese estar cubierto entre 7 y 10 veces su salario anual, agregando alrededor de USD $58.000 por cada hijo en edad escolar.
En el caso de Chile, cerca del 20% de los trabajadores formales están cubiertos (lo que baja 18% considerando también los trabajadores informales). En términos de número de empresas, esto equivale a que solo el 2% de las empresas con más de 10 empleados tienen contratado algún tipo de seguro de vida, con concentración en las grandes y medianas.
Se conoce que los montos de cobertura promedio de una gran empresa, para un gerente pueden ir alrededor de los $146.600.000, el de un ejecutivo cerca a los $87.960.000 y para empleados de empresas de tamaño mediano no alcanza siquiera los $21.990.000.
Evidentemente estas cifras dejan una clara conclusión, la necesidad de una mejor protección. Se sabe que 70% de la población trabajadora formal no posee coberturas, mientras que el porcentaje restante tiene una escasez material y declara disminuir su gap de protección.