Hoy en día los productos y servicios, dependen de que las máquinas realicen de forma automática tareas como leer documentos, reconocer los rostros que aparecen en las imágenes, comprender la emoción contenida en el tono de voz de una conversación telefónica, contestar a las preguntas de un cliente en un chat, predecir el gasto energético de una fábrica, inferir qué películas o canciones gustarán más a cada persona, entre otros.
¿Y qué tienen en común todas estas tareas? Pues requieren recopilar y percibir todo lo que pasa en el entorno a través de la adquisición de datos y todas necesitan realizar un procesamiento de la información para su interpretación y seguida toma de decisiones.
De allí nace el Big Data, término que describe al gran volumen de datos, estructurados y no estructurados que ocupan grandes espacios de los negocios. Lo que realmente importa del Big data es lo que las empresas pueden hacer con los datos, ya que al analizarlos se pueden obtener ideas que conduzcan a mejores decisiones y movimientos de negocios estratégicos, así lo denota el artículo “Big Data: ¿En qué consiste? Su importancia, desafíos y gobernabilidad”
El primer objetivo es llegar a manejar la gran cantidad de datos, es decir, una vez que las arquitecturas de Big Data permiten almacenar y procesar miles de petabytes de datos, el desafío está en pasar a las fases de adquisición de datos y a la interpretación de ellos para extraer los conocimientos.
El Internet de las cosas (ioT), supone un gran aporte para poder recopilar datos, mientras que la computación cognitiva, aporta inteligencia para extraer el conocimiento.
El auge de los sistemas M2M
M2M o Machine to Machine en el marco del Internet de las cosas ha promovido un crecimiento exponencial del intercambio de datos entre las propias máquinas, pasando de un modelo tradicional donde los sensores obtenían información que luego era usado por los humanos a un modelo donde las máquinas son autónomas, ya que los datos de los sensores no son “consumidos” por los humanos sino que son parte del sistema perceptivo de la red.
Actualmente existe una “tempestad idónea”, nacida gracias a la convergencia de múltiples tecnologías (Cloud, ioT, Big Data, entre otras), con las cuales las empresas podrán revolucionarse a servicios y productos más personalizados.
LISA cuenta con una fusión tecnológica con la que dotamos a la industria de los seguros para que puedan dejar a un lado la convencionalidad de sus procesos, ofrecer nuevos productos y servicios y fortalecer la relación con sus asegurados.
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